Memories that I won't forget (Libre)

por **Olive Mason** Sáb Mar 09, 2013 1:57 am

Las horas pasaban y yo todavía seguía sentada en forma de perro labrador sobre una tumba bastante añeja en el cementerio. ¿A quién pertenecía? Bueno, ahí yacía la única persona a la que en verdad aprecié mucho; mi abuela. Hoy se cumplía un año desde que abandonó este mundo y yo me sentía particularmente sola y sin nadie que me entendiera aunque sea un poco. Venir aquí le hace mal a todo el mundo, pero a mi me da un poco de alegría por muy raro que suene. Siento que estoy cerca suyo al menos de su cuerpo porque los recuerdos los llevo en el corazón bien guardados para que nunca se fueran. ¿Por qué estaba como un perro? Quizá para que nadie me molestara o quizá porque ella le tenía un cariño infinito a esos animales.

Me recosté a un lado de la tumba apoyándome en mis patas delanteras soltando un bufido perruno casi preparada para marcharme en un rato, pero oí unos pasos muy cerca. Una figura se veía a lo lejos viniendo hacía acá, pero no estaba muy preocupada porque no notaría más que la presencia de un perro. Escudarme en mi metamorfosis a veces tenía sus frutos.

por **Ruben Crauffor** Sáb Mar 09, 2013 11:00 am

No sabía que hacer, uno de mis planes era ir al cementerio a visitar a un gato que tenía que murió. Su muerte me dolio mucho, me dejo solo moralmente..Lo pasé muy mal...Ok no, pero bueno, era mi gato y lo quería mucho.¿Por qué no visitarlo de ver en cuando creía que era lo correcto. No sabía muy biendo donde se encontraba la verdad...Pero seguramente que encontrara el camino. Tan solo tenía que adentrarme en otra aventura, tenía entendido que el lugar a muchos le recordaba a Silen Hill pero yo no creía que fuera asi.

Me encaminé a donde debía estar el cementerio, a donde me habían indicado claro, nunca lo había visitado y eso que había recorrido todo el lugar y todos sus perimetros pero creo que deben ser los juegos que me hacen no darme muy buena espina este tipo de lugares. ¿Y si me sale algo raro? Bueno...No es que fuera un miedica, pero preferia no encontrarme con ese tipo de cosas. Sí...Era un hechicero oscuro, era una persona no muy maja que digamos, me encantaba la magia negra y hacer de las mías pero lo cierto es que había cosas que las esquivaba porque no me gustaban y al no gustarme...Preferia no encontrarmelas.

Estaba llegando al cementerio, miré el cielo mientras caminaba y llegué de manera tranquila. ¡Qué raro en mi! Será que a veces necesitamos algo de tranquilidad, no dejaba de ser un chico tranquilo aunque con sus polladas alocadas que pocos entendían, por suerte tenía mis mejores amigos que sin ellos no tendría sentido nada. En este lugar tan solo había un perro, era muy lindo pero prefería no acercarme, vaya ser que se molestase. Debía ser alguien importante para él o ella, no podía distinguir el sexo desde mi angulo.

Ignoré al perro y me senté en una banca que había cerca de la tumba de mi gatete, no sé porque lo enterraron aquí, no les pedí que lo hicieran, me costó encontrar la tumba pero al menos la encontre en poco tiempo. ¿Ahora que debía hacer? No lo sabía, tan solo deje que pasara el tiempo

por **Olive Mason** Sáb Mar 09, 2013 3:42 pm

A medida que la figura se acercaba más a donde yo estaba me fui dando cuenta de quien era. Un muchacho de cabello castaño corto caminaba despreocupado alrededor de las tumbas del cementerio. Por mi mente vagó la idea del por qué el estaba aquí aunque eran solo tontas suposiciones acerca de algo que no conocía concretamente. Posiblemente a visitar un familiar, un amigo o alguna persona que fue importante en su vida ¿A qué más vendría alguien al cementerio? No quería saber esa respuesta en concreto porque tenía entendido que algunas personas usaban este sitio para fines más... macabros. Me daba escalofríos de solo pensarlo.

Le vi ver una tumba en particular cuando se sentó en una banca cercana y me levanté de donde estaba para husmear un poco. Caminé hasta donde estaba y miré con un poco de curiosidad lo que rezaba el epitafio del sepulcro de cemento. Lo que más me sorprendió fue ver la foto de un pequeño gato. ¿Los cementerios de animales no estaban apartados? Bueno quizá este amiguito había sido la excepción a ello. Ahora sabía a ciencia cierta porque el muchacho castaño estaba en el cementerio, por la pérdida de un buen amigo. Había algo en él que se me hacía extraño, sobrehumano, pero no pude saber exactamente que era. Me acerqué hacía él y me senté frente a él y la banca viendo la tristeza en sus ojos. –Es duro despedirse de alguien que quieres– dije sin pensarlo y luego me golpeé mentalmente por haber hablado siendo una perra. Debería haber mantenido mi hocico cerrado porque ahora le asustaría o pensaría que estaba alucinando.

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