The little hell [Natalie]

Aparté su ropa buscando heridas

Te has roto algo entonces, seguro

Podía notar como algunas marcas comenzaban a arder pero incluso gritar se me hacía un esfuerzo. Volví a dejarme caer sobre el sofá cerrando los ojos.

Deja de transformarte una y otra vez, para

Dije cabreandome, un demonio podía morir si sus marcas se cargaban demasiado

No puedo...

Murmuré conteniendo las lágrimas.

Duele mucho.

Intenté rodearme con mis brazos.

Relájate, es como cuándo vas a esfumarte, joder

Pegué las rodillas a mi pecho mientras algunas lagrimas recorrían mis mejillas.

Tienes... tienes que cuidar de ellos.

Le traje alcohol,igual ayudaba emborracharla

Negué con la cabeza volviendo a cerrar los ojos, iba a peor por segundos.

¿Que la está pasando?

Pregunté cuando curé las heridas de Niklaus.

Es como si no dejase de deformarse una y otra vez, no se como pararla
La dejamos inconsciente?

¿Pero que la duele? ¿Y por qué?

Negué con la cabeza buscando alguna herida.

Quizá después no despierte.

No era que me interesase mucho el primer nivel, pero desde que había conocido la existencia de mi hija me gustaba tener las cosas controladas en cierto modo. Mi raza cada vez era más escasa, éramos unos supervivientes del inicio de los tiempos y mi deber cómo lider era mantener ese estatus a toda costa, daría cualquier cosa antes de que no fuésemos otra cosa que historia. Estaba convencido de que si aguantábamos lo suficiente recuperaríamos la gloria.

Con los años habíamos conseguido perfeccionar nuestro camuflaje, las razas del nivel superior no sabían nada de nosotros salvo un par de excepciones de las que tenía pensado hacerme cargo en un futuro; todos los días subian dos parejas a recabar información del exterior, así como de mi propia hija a quien conseguiría traer de vuelta a mi lado.

Fué así cómo descubrí la gran guerra que había en los territorios de Eric, su ejército se había disgregado, algo que me alegró realmente sería más fácil matarle si no tenía a nadie de su parte. Al menos hasta que descubrí que Natalie estaba gravemente herida, o al menos eso era lo que me habían explicado mis fuentes.
Decidí presentarme en la guarida de Eric, poco me importaban sus burdos ataques, las razas del nivel inferior eran tan toscas en su combate que daban verguenza ajena, si tenían algún potencial además del combate cuerpo a cuerpo, no lo parecía, nisiquiera sabían esfumarse sin dejar rastro.

Aparecí en aquel lugar empuñando mi arma.

-Si os apartáis puedo ayudarla

Comenté sin perder la postura defensiva, nunca había que bajar la guardia con ningún residente del infierno.

Me bajé de la cama en silencio aprovechando que aquel tío se había aparecido dándome la espalda. Salté sobre él para engancharme a su cuerpo y morder su hombro con fuerza, me había quedado con ganas.

Cogí mi cuchillo de la mesa antes de empuñarlo con un gruñido, preparado para unirme a mi hermano pequeño.

Levanté a mi hermano del suelo y lo tumbé en la cama comenzando a zarandearle, se había quedado inconsciente.

Una vez en nuestro territorio me ocupé de mi hija

Me incorporé intentando saber donde estaba, aunque las dudas se esfumaron cuando vi a aquel demonio de nuevo.

¿Qué hago aqui?

Le gruñí.

Te estoy salvando la vida. De nada

Contesté ante sus palabras

Me puse en pie con un pequeño quejido.

Pues muchas gracias quien seas... ahora me voy de aquí.

Me agarré a la pared con un jadeo cuando las piernas casi me fallaron.

De verdad confías en que llegarás muy lejos así?

Bromee acompañándola hasta su cama

Tu perteneces aquí

Me senté porque no tenía pinta de que fuese a aguantar mucho tiempo de pie.

Yo les pertenezco a ellos, ni siquiera se que es este sitio... ¿por qué tienes tanto empeño en mi?

Lo miré entrecerrando los ojos.

Soy tu padre

Me encogi de hombros

Y perteneces a un linaje ancestral, no vas a malgastar tu vida con los de arriba

Bufé comenzando a reírme.

Yo no tengo padre, es una historia muy complicada, no me apetece contarla.