I don't care what you think about me, it's my life [[hibridoso]]

Caminaba por las calles de San Francisco tarareando una canción infantil, llevaba jeans y una hoodie negra con la capucha puesta y las manos en las bolsas, pero la gente se apartaba de mi camino como si fuese una persona con lepra, poco me importó.

Estaba acostumbrada a que la gente se alejara, mi padre lo había hecho cuando estaba pequeña y ahora todos lo hacían, mi madre me había echado de casa, mis hermanas poco habían podido hacer y mi padrastro parecía contento de que me fuera de Rusia, los pocos amigos que creía tener, dejaron de comunicarse conmigo cuando se enteraron de que iría a América, fue entonces cuando me percaté de la realidad, estaba sola en el mundo y a nadie le importaba.

Suspiré y miré un parque pequeño a la vuelta de la esquina, estaba cansada de caminar ¿Cuánto tiempo llevaba caminando? No lo sabía, había salido de casa antes poco después del medio día y en ese momento ya no se encontraba el sol en el cielo, me senté en el columpio del parque y comencé a mecerme suavemente.

Era pequeño y se encontraba vacío, no había ninguna farola que diese luz al lugar y los juegos estaban descuidados, despintados; suspiré y abrí un poco el cierre de mi hoodie, tenía calor, fue entonces cuando me di cuenta de que no llevaba blusa interior, me encogí de hombros y subí las mangas, dejando al descubierto las cicatrices de mis muñecas, suspiré y pasé un dedo por ellas, había un par de ellas que todavía dolían, saqué mi navaja y comencé a jugar con ella entre mis dedos, pasé el filo por mis muñecas sin ejercer presión, no sucedió nada. Cerré mis ojos.

¿Quería morir? Si… después de todo a nadie le importaba, las únicas dos personas a las que parecía importarles era a aquella persona que me mandaba dinero cada dos semanas, pero ni siquiera conocía; y a mi psiquiatra… al último solo le importaba no quedarse sin dinero para seguir con sus lujos; tal vez si moría, le hacía un favor al mundo y aquella persona que me mandaba dinero, ya no tendría que gastar tanta cantidad de dinero en mi.

Mi cabeza me estaba matando, bufé al sentir mi estomago rugir, ¿Cuándo había comido por última vez? No lo sabía, los días eran algo borrosos para mí, solo recordaba haber tomado aquellas pastillas que el psiquiatra me había recetado semanas atrás, también recordaba haber ido a un centro nocturno y beber tequila y otra cosa que no sabía que era, pero me hizo sentir bien en ese momento, suspiré, daría lo que fuera por sentirme bien en ese momento, abrí mis ojos, tomé la navaja con firmeza y la deslicé contra la piel de mi muñeca, abriendo un surco rojizo, me mordí el labio, dolía como el demonio, sin embargo, fue una herida superficial, eso no me mataría, ni siquiera me mandaría al hospital, cerré mis ojos y en ese momento fue cuando me di cuenta que estaba llorando, suspiré, entonces vi un movimiento a mi derecha, apreté con fuera el mano de mi navaja, pero no me moví.