Uno no elige sus tentanciones... (Sadie Brickson)

Una tarde soleada con una pequeña brisa que aderezaba el cálido clima, algunas parejas riéndose en los bancos, pequeñas familias con sus pequeños comiendo un helado.... y yo corriendo para mantener en forma este recipiente... un recipiente que ya era mi propio cuerpo desde que me expulsaron del cielo. Frene un instante, mirando alrededor mientras mi respiración se acompasaba de nuevo, a unos cuanto metros parecía haber una de las tantas zonas preparadas para hacer pequeños ejercicios, así pues, volví a coger el ritmo de carrera, manteniendo mi rítmica respiración. Al llegar volví a frenar disponiéndome a hacer una serie de ejercicios en los troncos así dispuestos mientras dejaba a mi mente distraída con sus propias cavilaciones, para volver a notar como se formaba de nuevo pequeñas gotas de sudor por mi cuerpo debido al ejercicio.

Aprovechaba la presencia de los troncos para hacer una serie de flexiones contra ellos cuando un chorro de agua me empapo entero, agite la cabeza para sacudir la mayor cantidad de agua de mi pelo mientras me incorporaba para mirar a mi alrededor para no encontrar a ningún culpable de esto. No pude menos que arquear una ceja preguntándome de donde habría salido aquel chorro de agua que me había calado por completo, no era algo natural... me reí por las estúpidas pretensiones de que acaso los ángeles se preocuparan ahora de uno de sus hermanos caídos, tan dudoso como irreal... sin embargo al levantar la cabeza riéndome vislumbre una figura entre las rama de uno de los arboles, entrecerré levemente mis ojos para afinar mi vista, pudiendo distinguir a la hermosa joven mirándome, tal vez incluso sorprendida de que la hubiera visto, aunque la picardia que transmitía su mirada me daba a entender que tenia algo que ver con todo esto.

Si quieres disfrutar del espectáculo lo harás mejor desde aquí abajo - le dije sonriendo con picardia mientras apoyaba mis manos sobre mis caderas, en jarras, como esperando que realmente bajara - y puede que ambos disfrutemos al menos - riéndome un poco esperando incitarla a seguirme el juego.

Sus primera palabras me hicieron sonreír con picardia mientras rodaba los ojos tras ver como me lanzaba aquel beso, pudiendo sentir como se erizaba parte del pelo de mi humedecida nuca con el contacto de aquella brisa que ella creaba para mi. Al escuchar sus palabras no pude menos que seguir el recorrido de su dedo, mordiendo mi labio inferior mientras no dejaba de sonreír, antes de mirar a mi alrededor - ¿ Crees que tendré la suerte... - interrumpiendo mis palabras para dirigirme en dirección contraria a la chica, ocultándome del resto de vista menos la de ella para desaparecer misteriosamente - ... de poder disfrutar algo de ti ? - susurrandoselo al oído al haber aparecido justo a su espalda, dejando que el retador y sensual tono de mi voz acompañara la caricia de mi cálido aliento en su oreja antes de separarme un poco, para apoyar mi espalda contra el tronco del árbol mirándola con picardia, sin importarme demasiado el estar aun empapado.

Observe su sonrisa y eso me deleito unos instantes, mientras lo seguía con la mirada, notando como se ocultaba de los pocos curiosos que quedaban cerca pero permitiendo que yo no le perdiera la pista, escuche su frase que quedo incompleta cuando en un abrir y cerrar de ojos sentí su esencia a mi espalda y su aliento en mi piel. Gire mi cuerpo dejando mis pies volando para tenerlo a un costado mío.- Creo que as tenido valor para subir y querer comprobarlo por ti mismo.- dije sin verle, pero dibujando una sonrisa en mi rostro que seguro el notaría al solo mirar mi perfil.

Sonreí con picardia, paseando mi vista de arriba a bajo de ella asintiendo inconscientemente al disfrutar del perfil de aquella hermosa rubia - Bien - girándome sobre mi mismo para apoyarme ahora de lado contra el tronco y tenerla de frente - ¿ y que he ganado por mi valor ? - pregunte entremezclando la inocencia con la curiosidad en mi tono de voz, a sabiendas de que ella no creería esa fingida inocencia en mi voz aun sin conocerme casi - o..... - arqueando levemente una ceja antes de seguir hablando - al final no disfrutare de nada ? - sacandole juguetonamente la lengua.

Note como cambiaba de posición al tenerlo ahora frente a mi y yo clave mis ojos hostiles en los de el, sabiendo que no vería mas que su reflejo en los míos, siempre era lo mismo y todos eran tan iguales.
Considere un momento su pregunta, invirtiéndola un poco, que es lo que yo podría ganar esta tarde para hacerla un poco mas divertida, recargue mis manos en el tronco inclinándome un poco hacia el. -Bueno eso depende de ti.....- dije en tono seductor con una voz ronca, sabiendo que el no tenía nada de inocente. - Y como se llama el participante número uno?.- pregunte moviendo la boca como si le fuese a soltar una mordida.

Era curioso la diferencia entre sus palabras, el tono de su voz tan seductor y atrayente, con lo que se podía leer en su fría mirada... Encogiéndome de hombros levemente al pensar que ya no me quedaba demasiado que perder - Soy Thanathos - me presente sonriendo para darle un beso en cada mejilla, dándole aquel nombre con el que yo mismo me había bautizado cuando murió el antiguo ángel al que le habían arrancado algo mas que las alas - ten cuidado... puedes no ser la única que muerda - con cierto tono picaruelo para tras ello sacarle la lengua juguetonamente.

Arque una ceja sorprendida por su manera de saludarme, no es que muchas personas se acercaran tanto a mi y menos aun para besar mis mejillas intente recordar a la ultima persona que hizo eso y bueno creo que había sido mi madre antes de que la mataran y no era un recuerdo tangible, solo provocaba un extraño nudo en la garganta. Me le quede viendo unos instantes sin saber muy bien que hacer para luego recuperarme por completo.-curioso nombre.... y el verdadero?.- pregunte arqueando una ceja y dibujando medía sonrisa en mis labios.
Solté una risita..- y tu ten cuidad con esa lengua.... te la pueden comer.- dije volviendo al tono juguetón de mi voz seductora.

Pude distinguir el desconcierto en su cara y su cuerpo tras darle los dos besos, lo que hizo que arqueara una ceja algo curioso pero sin llegar a promulgar ninguna pregunta por ello, riéndome por sus palabras negando levemente con la cabeza - Mi antiguo nombre lo abandone cuando me expulsaron del cielo - encogiéndome de hombros sin dar importancia al hecho de decirle que era, a fin de cuenta ya sabia que ella era una hechicera - así que ese es mi nombre desde entonces - sonriendo como si fuera un tema fuera de importancia.

Volví a sacarle la lengua, provocandola antes de responder - Depende de quien me la muerda no me voy a quejar en absoluto - guiñándole un ojo mientras sonreía con picardia en aquel juego de provocación que parecía gustarnos a ambos, al menos aparentemente.

Mi curiosidad despertó, no solo esto, si no que estallo dentro de mi, siempre me causaba curiosidad las historias interesantes como las de los expulsados.- bueno que tanto te afecto que hasta el nombre te cambiaste??... o los de arriba.- dije con asco.- te iban a cobrar patente?- dije en modo de burla, lo cierto es que yo no tenía ni el mas mínimo respeto por la religión ni nada de que se le pareciera, todo lo contrario.

Me acerque mas a el, y a la distancia en la que estábamos seguramente mi aliento rozaba su rostro, pero a una distancia considerable aun como para que nos tocáramos.- Bueno... puede que si decido mordértela, no me importen mucho si te quejas. .- le mande un beso moviendo mis hombros un poco juguetona.

Rodé los ojos escuchando sus palabras, dejando escapar un par de carcajadas - Nunca es agradable que te arranquen parte de tu ser - encogiéndome de hombros sin dejar de sonreír - y tampoco es que tengan demasiada delicadeza haciéndolo - pensando en el castigo completo que habían terminado ejecutando sobre mi.

Note como su cálido aliente creo pequeños escalofríos en mi labios al estrellarse contra mi rostro por la cercanía - ¿ Quejarme ? - riendo un poco antes de continuar hablando - no creo que escucharas quejas... pero no podrías quejarte de mi reacción - sacandole la lengua de nuevo provocandola con este gesto, sin poder evitar preguntarme si caería o no en la tentación que yo le brindaba.

Arquee la ceja al escucharlo reír de esa forma, era un tanto extraño pero hasta cierto punto contagioso así que reí un poco con el.- bueno .... cabía la posibilidad que tu masoquismo llegara a limites exorbitantes.- dije entre risas, era raro que yo riera pero por algún motivo lo estaba haciendo.
-Bueno por mi se pueden meter su poca delicadeza por donde les quepa.- musite, odiaba la religión a los angeles a dios y todas su patrañas absurdas sintiéndose los todos sabios y demás.
Sonreí con picardia ante su comentario.- yo nunca me quejo, querido.- me acerque un poco mas.- y menos aun de lo que yo misma me busco.- solté un poco de aire acariciando su rostro con el.

Que ensanchara mi sonrisa con su comentario sobre los ángeles era algo obvio siendo un caído, tenia que reconocer que odiaba tanto a los ángeles como a los demonios... y solo había algo que odiaba mas aun, los arcángeles, ángeles que se creían superiores a los demás solo por ser los favoritos de nuestro Padre, algo manifiesto con la entrega de esos poderes superiores pero que nunca en toda mi existencia había llegado a saber porque.

Cuando aun se acerco mas a mi, con esa picardia en el rostro y sus palabras, preferí no resistirme mas, la tentación estaba servida y yo pensaba probarla, así que, terminando de acortar los escasos centímetros que separaban nuestros rostros, acabe besándola con suavidad, lentamente como disfrutando de ese beso robado.... ¿ o tal vez buscado ?

Observe su manera de sonreír y no supe a ciencia cierta cual era el motivo de esta, pero lo deduje, el odio por la religión, aunque no había muchos caídos que lo expresaran abiertamente, bien punto a su favor.

Observaba sus labios fijamente y luego sus ojos, cuando tomo la invitación abierta a mis labios, me beso aunque por un segundo me tomo por sorpresa, entre abrí un poco mi boca y después de deslizar mi lengua por sus carnosos labios, para luego morder su labio inferior y jalarlo un poco, era un beso mas... pero algo en la boca de mi estomago... mis pensamientos se centraron en morder con un poco mas de fuerza.

Un pequeño gruñido se escapo entre mis labios cuando estiro de mi labio inferior, dejando escapar una pequeña risilla picaresca antes de tomarla entre mis brazos, levantándola en el aire para ponerla contra el tronco del árbol - No soy demasiado delicado ... - sonriendo brevemente antes de acariciar su labio inferior con mi lengua mientras mis manos buscaban las de ella, acabando por tomarla por las muñecas para colocarlas contra el árbol bajo mis grandes manos como si así estuviera indefensa la hermosa hechicera que tenia frente a mi, mordiendo su labio inferior antes de volver a besarla, agachando mi cabeza conforme pegaba mi cuerpo al de ella, profundizando aquel beso cuando mi lengua invadía su boca en busca de la de ella.

Cuando escuche sus palabras dibuje medía sonrisa en mis labios, a decir verdad no me gustaban las cosas calmadas ni nada por el estilo así que su manera de ser mejoraba el asunto, claro que su físico bueno de ese tema ni hablaba, estuve a punto de pasar mi mano por sus brazos bien marcados pero tomo mis manos y sosteniendo mis muñecas me sometió lo cual provoco que le mordiera el labio con tanta fuerza que sangro, lo cual hizo que pasara mi lengua por la herida para luego toparme con la de el intensificando el beso...

Que fuera lo suficientemente pasional o salvaje como para hacerme una herida en el labios, antes de que nuestras lengua jugaran unidas con el sabor de mi propia sangre, consiguió que aun ardiera con mayor intensidad en ese mismo instante la llama de la pasión que crecía en mi interior, del deseo de tener mas de ella. Alargue cuanto pude aquel beso, consciente de que debería parar para que ella respirara y, aunque no estuviera aun acostumbrado a ello, yo también lo necesitaba - Sin quejas... - le recordé citando sus propias palabras sonriendo antes de lamer suavemente mi labio, manchandola de sangre para acabar lamiendo con una mayor pizca de deseo sus labios, manchandolos con aquel liquido carmesí que corría por mis venas - ... ninguna - añadí con picardia colocando sus dos muñecas bajo una de mis manos, bajando mi otra mano por los costados de ella, disfrutando de la silueta que dibujaba su ropa, mirando el recorrido de mi mano con lujuria antes de volver a posar mi mirada en sus labios y de nuevo en sus ojos, besándola de nuevo como si el mundo se fuera a acabar en tan solo unos segundos.