Hey You [Innocence]

Aburrimiento, era lo primero que venía a mi mente cuando pensaba en lo que tenía que hacer en mi departamento, así que decidí salir a dar un paseo por la playa, era de noche y estaba casi segura de que no habría demasiada gente.

Caminé un par de minutos por la orilla de la playa, mojando mis pies, no es como si me fuese a enfermar... estaba tan ensimismada en mis pensamientos que no me percaté de que había alguien cerca hasta que choqué con él, abrí mucho los ojos.

-Lo siento- dije atropelladamente meintras intentaba mantener el equilibrio y no caer, cuando estuve en mis dos pies de nuevo, le miré y le dediqué una sonrisa.

Quise algo interesante para la semana pero nada parecia salir. Asi que decidi (como ya era costumbre) ir a caminar en la oscuridad de la playa. Hacia frio pero no me daba miedo el clima.
La brisa del mar me tranquilizaba, cerre los ojos y me perdi en mis pensamientos, a mitad de mi caminata golpeo contra algo, algo duro pero no mas que yo, cae, abro los ojos, es una mujer joven.
- Disculpa, soy un tonto no te vi. Estas bien?.

Le miré De arriba a abajo, sin disimular un apice y sonreí un poco, era mono, pero definitivamente no era mi tipo.

-Perfectamente- musité ladeando un poco la cabeza, estaba segura de que aquel hombre no era humano, mi sentido del olfato, al ser mas desarrollado por mi desendencia Lycan, me indicaba que él no lo era, pero tampoco sabía que era y eso me frustraba un poco, pues no sabia si podia estar en peligro o no. - Mi nombre es Willow - me presente aun sonriendo, esperando su nombre.

Senti su mirada registrandome, hice caso omiso y me quede pensando que tenia algo no muy comun en su ser, no se limitaba a disimular sus miradas.
- Soy Innocence- dije alargando la mano.
Rayos esta guapa, "no te atrevas a decir nada inapropiado", me dije a mi mismo esa cara me decia algo especial, mi sentido me informaba que provenia del mundo magico pero no pronuncie ni una palabra acerca de eso. No me atrevia. Debia de tener miedo?, no lo se.
No podia quedar al descubierto.
- Que raro nombre- dije tartamudeando un poco.
Lei su mente, encontré varios pensamientos vagos y.... encuentro lo que quiero, no es humana.

Sonreí al escucharle tartamudear, sabia que era guapa y me encantaba la reaccion de los chicoa al mirarme.

-Innocence- repeti y mientras estrechaba su mano, la retiré segundos despues y me encogí de hombros. -tu nombre tambien es extraño- musité encogiendome de hombros, aquel nombre no me decía nada de lo que él era, solo me verificaba el hecho de que no era un ser humano, quizas un hibrido extraño o un caido, suspiré ligeramente y desvié la mirada al mar un segundo, para despues volver a clavarla en sus ojos, le dediqué una sonrisa, sin saber que decir, me mordí el labio, si de pronto el intentaba atacarme estaba claro que no me quedaría de brazos cruzados, pero sería mejor si supiera a lo que me enfrentaba...

Ya lo persibia, híbrida.
Senti su mirada su verdadera mirada, la que ocultaba, estaba tensa, sabia que era como ella pero no sabia de que tipo y no le podia decir que era inofensivo no me iba a creer, lei su mente de nuevo buscando una manera de no crear mas pensamientos negativos, los odiaba.
Me estrecho la mano,- Tu nombre tambien es raro- era obvio ya lo sabia. Que debia hacer. Sus pensamientos era de una mujer que se acostumbro a salirse con la suya.
Percibi algo interesante,... queria saber que era, por supuesto, para saber atacarme de la mejor manera. Debia decirle que no le haria nada, pero indirectamente.
- Si me gusta mas volar pero no se siente igual la brisa del mar sin la arena.- Me arriesge demasiado pero ya no habia vuelta atras, lo dije, espere su reaccion.

Fruncí el ceño ligeramente ante sus palabras sin entender, ¿volar? ¿él volaba? ladeé la cabeza un poco, ¿como volaba? ¿levitaba? ¿era un don que tenía? ¿o tenía alas? Alas... como las aves... Alas y entonces comprendí. Ángel. Él era un ángel, eran muchas las veces que había oído hablar de ellos, pero eran pocas las veces había visto uno, de hecho, solo habían sido dos ocasiones cuando pude hablar con uno y ahora le tenía a él frente a mí.

-Interesante- susurré mirandole fijamente, era cierto, podía sentir un aura de tranquilidad y calma que emanaban todos los angeles y un par de humanos en el mundo. -eres interesante- repetí regalandole una sonrisa, no sabía que decir, ahora estaba claro que él no iba a atacarme, los ángeles no atacaban a otros que no fuesen demonios y solo si estos le provocaban, así que yo tampoco iba a atacarlo.

La vi fruncir el ceño, lo entendió, perfecto.
Su mirada se tranquilizo, ya lo sabia.
-La escuche decir- Interesante- pero parecía un ligero susurro -Eres interesante- ja ¿interesante yo?, ¿un simple ángel?, bueno he de suponer que no ha conocido muchos ángeles a lo largo de su vida. Sentí su mirada de nuevo me inspeccionaba quería conocerme, me parecía una perfecta idea, los seres híbridos eran interesantes sus habilidades dependían de sus ancestros por lo cual eran completamente impredecibles,
- Vaya pues si hablamos de quien es mas interesantes, la verdad seria usted la indudable vencedora, ademas su forma de comportarse me parece muuuy... persuasiva, y ¿que hace usted tan sola en la playa?- Yo también quería conocerla - ¿le
molestaría.. - dije dudando un poco - que la acompañara?...

Fruncí el ceño cuando cuestionó el porqué me encontraba en la playa.

-Lo que hago aquí, es solo asunto mío- musité, si bien la respuesta aquella pregunta era algo tan trivial como que estaba aburrida, él no ternía porqué saberlo, él no tenía porqué meterse en mi vida, escuché su segunda pregunta, le miré un par de segundos en silencio, ¿debía aceptar? ¿o debía irme de aquel lugar y alejarme de él? no sabía cual era la correcta, pero, arriesgandome un poco, elegí la primera. -está bien- susurré apartando mi mirada y clavandola en las olas que se estrellaban contra la arena no muy lejos de nosotros.

- Pues tomemos camino entonces- le dije dedicándole un sonrisa, me puse a su lado izquierdo suponiendo que ella quería mirar el mar y yo no le quería molestar.
Caminamos no por mucho tiempo cuando las ansias del silencio me ganaron y me atreví a preguntarle de su vida, como ángel me interesaban todas los seres mágicos de este planeta y ella, como ya había dicho no es una excepción.
Tome un gran respiro hasta que mis pulmones se llenaron de la fresca brisa del mar, eso me calmo, y me ánimo a continuar la conversación que por mucho ya estaba muerta.
- Que hermoso esta el mar está noche, no crees? Imagino qué la puedes ver bien, verdad?
Como se me ocurría romper el hielo con esas estúpidas frases, por lo menos no mentí en realidad el agua estaba completamente cristalina incluso de noche se podía ver el fondo de arena y piedras.
Como la vi un poco tensa la empuje levemente con el hombro y reí para que me pusiera un poco de atención.

Le seguí observando sus movimientos con atención, no podía confiarme por completo de él, no todos eran tan pacificos como los pintaban y no deseaba arriesgarme demasiado, caminé a su lado, desviando mi mirada un par de veces al mar, sin dejar de mirarle por el rabillo del ojo.

-Claro, mi naturaleza em otorga una visión perfecta- susurré y suspiré mirando el agua ausentemente. -si, es un hermoso paisaje...- musité pero me ví interrupida al sentir que se acercaba a mí, pronto sentí su hombro golpear ligeramente el mío, sabía que no había sido un movimiento ofensivo, pero me tomó de sorpresa y no pude evitar que un gruñido saliera de mis labios, le miré un segundo y seguí caminando a su lado, suspiré. -si quieres tener todas tus extremidades pegadas a tu cuerpo, te aconsejaría no tomarme de sorpresa- advertí, no quería dañarle, pero algunas veces mis instintos tomaban control de mí y definitivamente no quería que de ahí se desencadenase una tonta pelea, le miré y negué ligeramente con la cabeza, divertida, estiré mi mano y lo empujé suavemente. -el mar es algo que me relaja mucho... sin embargo, nunca lo he visto durante el día... problemas de vampiros- bufé con molestia.

-Vaya eres de descendía vampira, tu vista debe ser mejor que la mía en todos los aspectos incluso tu fuerza, tiene que ser divertido andar de ahí para allá en la noche- sentia su seriedad aún en el aire y en su ser, quería saber porque, pero ya no quería introducirme en su mente, sólo lo hacía en casos especiales y aún así me parecía descortés -escucha- le dije tranquilamente -no te conozco, y nose si estas tensa porque te incómodo o porque así es tu ser, me puedo ir y ya no me verás de nuevo, no es que me quiera ir, pero si llege en un momento de seriedad no quiero interrumpir tus pensamientos, ya que a mi no me agrada en absoluto eso y no me lo tomaría a mal, en serio, incluso si es mi actitud la puedo cambiar o si quieres que me quede en silencio, no importa, sólo que eres lo más interesante que me ha pasado en la semana y me gustaría platicar.

-Algunas veces es divertido, pero se vuelve tedioso cuando el único momento en el que puedes caminar al aire libre es del crepúsculo al alba- musité encogiendome ligeramente de hombros y clavé mi vista en el mar de nuevo.

Cuando volvió a hablar giré mi rostro un poco y le escuché atentamente, negué ligeramente con la cabeza. -no, lo siento, estoy siendo una maleducada, pero no estoy acostumbrada a convivir con las personas- hice una mueca y suspiré. -lamento mis modales, estan algo oxidados... ah... y no soy demasiado interesante, simplemente un bicho raro dentro del mudno- me encogí de hombros y mordí mi labio mientras pensaba en algun tema. -hum.... y... ¿has estado mucho tiempo en la tierra?- pregunté, sabía que algunos ángeles bajaban a la tierra por periodos largos de tiempo y también que había algunos que nunca venían a nuestro mundo.

-37 años, y sigo sin arrepentirme de haberlo hecho- dije con una sonrisa -muchos ángeles se arrepienten de bajar a tierra, porque no obtienen los resultado que esperan al venir aquí, yo sabía perfectamente a lo que venía, a ayudar y a encontrar personas que no son lo que aparentan. Y hasta ahora eres la primera con la que hablo a los demas que descubro no hablo con ellos. Y respecto a lo que dijiste no es lo mismo hablar con una persona que con un ángel, y el mundo está lleno de bichos raros que en realidad tienen vidas más productivas y te lo digo yo que he estado observando al mundo y a los que lo habitan por siglos y siglos- termine de hablar pensando que mi vida no era en realidad interesante, suspire, y hice un pucheros con la cara - y tu? Llevas mucho viviendo?

Mire el mar atra vez de ella calmado y activo como siempre, era de las cosas de las cuales el humano podía prender. Me salí del tema regrese a ella esperando paciente y feliz.

Asentí ligeramente ante sus palabras. -claro que no es lo mismo una persona a un ángel, lo lamento si te ofendí- musité rápidamente, no pensaba molestarle cuando habia hecho el comentario. -no demasiado, hace unos meses cumplí los treinta- sonreí. -debido a mi naturaleza, me quedé estancada en los eternos veinte- msuité y le guiñé el ojo, reí ligeramente, eso era una de las pocas cosas que me gsutaban de ser lo que era, que por más que pasasen los años, siempre aparentaba la misma edad, aunque en el momento lo disfrutaba, estaba segura de que en algún momento desearía envejecer y morir, suspiré y desvié mi mirada al mar.

- ohh! no, no te preocupes, no me ofendiste en lo absoluto, solo quería dejar un punto claro. - metí mis manos en los bolsillos de mi "Levi" doblados del talón para no mojarlos, vaya que pesadilla de conversación -pensé- ...
- ¿Te gustan los chistes? - dije sonriendole