Crazy for you .privado.

Una nueva crisis me había obligado a volver a mi segundo hogar después de un lavado de estomago, pero para mi sorpresa no fue el lugar de siempre y mezcladas con las caras normales había también hombres, aunque dormían en cuartos separados. Me dirigía a mi dormitorio después del baño matutino cuando en mi camino me encontré con betsy gritándole a un pobre chico, sin pensarlo mucho fui a donde estaban y jale del brazo al chico -cuando ella te grite lo que menos debes hacer es detenerte- le indique una vez que estábamos lo suficientemente lejos.

No podía creer que me hubiesen mandado a un sitio de locos. Joder, que yo no había hecho nada malo. Era un jodido vampiro el que estaba muerto bajo mis pies cuando me encontraron, pero decirle eso a un policía parece que te da un pase directo a un manicomio o centro de salud mental como dicen ellos.

Llevaba un día aquí y era un asco porque todo mundo parecía ir a su bola y caminando por la mañana una tipa me empezó a gritonear de la nada dejándome perplejo. Una cabellera rubia me apartó de ahí. – Y a esa qué le pasa – dije extrañado viendo a lo lejos. – Gracias por apartarme, supongo – tampoco quería dar mucha confianza con nadie aquí porque aunque tuviera cara de niña buena por algo estaba en este sitio.

El parecía estar fuera de lugar, a leguas se notaba era nuevo en todo esto, pero no le culpaba por su desconcierto al toparse con betsy, yo misma me había topado con ella varias veces y la primera no me libre de ella hasta que una enfermera me ayudo -recibio un golpe muy fuerte en la cabeza- susurre mientras le señalaba la cicatriz en su frente -desde entonces es bastante paranoica- suspire antes de volver mi vista hacia el chico -¿eres nuevo verdad ?, me refiero si es la primera vezpsiquiatricon un psiquiátrico- baje la voz y susurre aquello ya que no era bueno que escucharan el era nuevo.

Observé desde donde estábamos la cicatriz que tenía la muchacha en la cabeza y luego volví la vista a la rubia de ojos verdes. – Pobre – dije empatizando un poco. Vamos, que no tenía la culpa ella de haber quedado así de mal. Asentí – Ayer ingresé aquí – respondí porque no veía nada de malo en decirlo considerando ya me habían visto varios y en un sitio como este se sabe a la legua quien es nuevo. – Huelo a novato o algo ¿no? – pregunté con una media mueca. – ¿Y tu?

Asentí -si un poco, pero descuida de lo que debes tener un poco de cuidado es de la gente mala, aquí hay de todo hasta asesinos y bueno hay muchos que tienen esquizofrenia y tienden a ser algo agresivos- esta gente no tenia nada de cuidado y estaban mezclando no solo hombres y mujeres si no personas que tenían una leve depresión hasta algunos que solían dañar gente, por lo mismo supuse que era mejor advertirlo antes que pasara un mal trago

Miré el suelo cuando mencionó que aquí había asesinos. Yo era uno de esos ¿no? Bueno no maté gente porque no considero a los chupasangre personas, pero si era asesino de ellos. – Andaré con cuidado, gracias por la advertencia – quise llamarle por su nombre, pero no tenía idea de cuál era. – Soy Elliot, por cierto – me presenté. No estaba de más tener conocidos aquí dentro, de esos que no dañan; aunque yo sea más peligroso que todos aquí.

El parecía una persona tranquila y por lo de la advertencia solo esperaba que le sirviera y se anduviera con cuidado -mucho gusto, yo soy Dorothy- estire mi mano para saludarlo como se debía pero me apeno cuando se vieron las vendas en muñeca, por lo que levante la mano sin mas y jale mi sudadera -lo siento yo... sera mejor que me vaya- sonrei de manera nerviosa

Estaba por estrechar su mano después de que se presentase como Dorothy, pero las apartó enseguida. – Nos vemos al rato, Dorothy – dije alejándome y saludándole con la mano. Quizá necesitaba su espacio o algo. Metí las manos en mis bolsillos y seguí caminando por el lugar este oyendo gritos y conversaciones por la mitad en mi camino.

El almuerzo llegó y fui a sentarme donde Dorothy. – ¿Molesto? No conozco a nadie aquí y pareces la más cuerda.

Force una sonrisa antes de volver a encaminarme hacia mi dormitorio y mientras caminaba iba regañandome a mi misma por ser tan tonta, después de todo aquellas heridas me las había causado yo.

En el almuerzo solìa comer sola al menos los primeros días si no veía una cara familiar y que no terminara aventandome comida encima, me asuste un poco cuando de pronto vi a Elliot a mi lado -claro, siéntate, aunque lo de cuerda...bueno eso no te lo puedo asegurar- me encogí de hombros haciéndole un poco mas de espacio en la mesa -¡y que te párese el lugar?- los nuevos siempre tenían opiniones diferentes del lugar y siempre era interesante escucharlas

Al menos no me sacó a los gritos y lo tomé como buena señal. – Es relativo eso de la cordura – dije recordando las palabras de mi profesora de psicología del pasado año. Vaya, echaría de menos ir a clases este año, no lo había pensando con todo lo que había pasado. 

Corrí la comida a un lado en el plato y suspiré. – Raro, no me acostumbro. Muchos ruidos en la noche y eso – dije tomando un poco de agua.

Sonreí levemente y asentí al tiempo que jugaba con el puré de papa de mi plato -tienes toda la razón, pero recuerda que las apariencias engañan y yo puedo resultar mas loca de lo que parezco- aquello sonaba como una broma, pero no lo era y menos tomando en cuenta las alucinaciones y los sueños que solìa tener.

-Si tienes razón, los primeros días es dificil, pero te acostumbraras- aun recordaba cuando tenía 14 años y había llegado por primera vez al psiquiátrico, solía no dormir debido al miedo, pero después todo fue mas fácil.

Uff si eso de las apariencias lo tenía bien en claro porque yo seguramente no pasaba del típico adolescente bobo y lo era, pero con un pequeño plus de licantropía en mi sistema que volaba toda mi tranquilidad a la mierda. – Pues si estamos aquí algo debemos tener – dije encogiéndome de hombros mientras daba una probada al puré que no estaba tan desabrido como pensé estaría. 

Por como me responde supongo lleva tiempo aquí aunque no me lo respondió la primera vez que lo pregunté. – Tengo la esperanza de irme pronto o algo, aunque lo dudo mucho – mis padres adoptivos me dejarían aquí porque así no les molestaría ni me tienen que dar de comer ni nada. – ¿Llevas mucho aquí?

-Si o una colección de algo bastante extensa-bromee recordando el diagnostico de mi psiquiatra que parecía seguir sumando cosas a mi expediente.

-Bueno pronto te evaluaran y descuerdo al test y lo que diga el psiquiatra puedes estar fuera en unos días o en unos meses o en unos años- no quería ser pesimista, pero prefería decirle la verdad a darle tontas esperanzas, aunque el no se veía tan mal -yo voy y vengo, apenas tuve mi ultima recaiga- sonrei de manera amarga al tiempo que mi mirada se desvió hacia mis muñecas por inercia cerciorandome que estuvieran tapadas.

Aún no me evaluaba nadie y esa era una de las razones por la cual estaba tranquilo, aunque tenía que ensar que decir porque obviamente "El muerto ese que ustedes pensaban era humano en realidad era un vampiro. Ah sí, y yo soy un lobo, su enemigo mortal" si llegaba a decir eso estaría aquí por décadas probablemente. – Pues si me dicen ya te diré y quizá seamos compas de locuras – susurré mirando el puré y dándole otra cucharada mas. No tenía mucha hambre a decir verdad. Levanté la vista al tiempo que ella la bajaba cuando hablaba de su recaída lo que me recordó al modo en que cubrió sus muñecas antes. – Pues tienes más chances de recuperarte una vez más – fui optimista por ella, quizá lo echaba en falta.

El no parecía estar muy convencido de salir, aunque yo pensaba todo lo contrario y mas dado que yo lo veía sano al menos mas que yo -descuida tal vez salgas antes de lo que esperas y seguro en una semana estas de nuevo en el exterior- fui optimista por el. Las alucinaciones cada vez eran mas frecuentes y seguramente terminaría aquí de por vida, pero me contuve de decir aquello -si, tienes razón- hice a un lado mi plato y me limite a terminarme el resto de mi agua -¿quieres salir afuera?- ahora que habían habilitado el pequeño pateo para salir tenia ganas al menos de tomar un poco de sol.

Comí la mitad del puré que tenía en el plato y no porque no estuviera sabroso o eso sino porque no tenía mucho apetito últimamente. Sin embargo, me terminé el agua de un sorbo antes de que propusiera salir al exterior. – Solo dime no hay enrejados como esos de las cárceles porque sería deprimente – confieso mientras me levanto y espero que me guíe hacia dónde hay que ir porque no tengo idea. Lo único que aprendí fue donde estaba el comedor y los baños.

Hice una mueca cuando menciono los enrejados -lo lamento, pero es lo que pusieron normalmente hay un muro enorme pero este solo es algo provisional y como tal hay un enrejado provisional- a mi tan poco me gustaba la idea de los enrejados pero suponìa que los encargados no les gustaba la idea de andar correteando locos por media ciudad. Me levante y camine hacia la salia esperando Elliot me siguiera.

Suspiré cuando me confirmó las sospechas que tenía. – Genial – dije sin mucho ánimo mientras le seguía. – ¿No hay actividades o algo?  En las películas a veces ponen clases de música o algo así ¿Aquí también hay de eso? – esperaba que así fuera, aunque lo que más echaría en falta sería correr como lobo, si.

-Si, se supone que las hay, pero aun no sé con eso que todos estamos revueltos y esto es un desastre- a decir verdad yo extrañaba la clase de arte, pero una vez que regresaran las actividades suponía que también lo harían las terapias grupales -¿tu tocas algún instrumento?- el había mencionado la música y suponía que tal vez tocaba algún instrumento

Al menos había esperanzas de poder distraerme con algo si estar dentro empezaba a volverme loco de verdad. – Espero se acomoden pronto – confesé mientras el sol me hacía entrecerrar los ojos cuando salimos al patio enrejado. – Sí, la guitarra ¿Y tu? 

-Nada, no soy buena parala musica- me encogi de hombros algo apenada -pero pinto y dibujo un poco- aunque a mis padres adoptivos les parecia una perdida de tiempo al memos me habia podio inscribir en un curso de arte el año pasado. Use mi mano para cubrirme un poco del sol elevandola a la altura de mi frente -al menos hay sol- sonrei un poco ya que los dias totalmente nublados eran algo deprimentes.

Me hubiese gustado haber traído mi guitarra conmigo al menos, pero nada. – Luego me enseñas algo – pedí mientras pateaba una piedra pequeña antes de que un chico pequeño nos pasase por al lado gritando que nos matarían a todos y que nos observaban desde el cielo. – No sabía había niños también – eso me pone un poco mal porque me daban algo de pena que estuviesen así.

-Claro, pero te advierto que solo garabateo no hago nada grande, mi estilo es entre Picasso y van Gogh- No solía mostrar mis pinturas, aunque tenía muchas, trataba de mantenerlas ordenadas y guardadas. Mire a un pequeño pasar por enfrente de nosotros –niños, niñas, personas las cuales simplemente son un estorbo para sus familias- dije esto  último refiriéndome a mi propio caso -¿tu tienes familia?- pregunte por mera curiosidad.

Yo de arte no sabía casi nada aunque si conocía a los que nombró, pero de oído no por sus obras. – Pues seguro que es bonito aunque dicen que el arte es distinta para todos – o eso había escuchado una vez. El tema era algo distractor, pero volvimos a los niños y a las personas que había aquí. – Que feo que haya eso – murmuré sentándome en una banca que había fuera. – Familia adoptiva que parece que no me sacara de aquí pronto ¿y tu?

Sonreí levemente al tiempo que asentía estando de acuerdo con el comentario de Elliot –si, eso es cierto hay veces que alguien ve una pila de chatarra pero alguien más ve una escultura- el arte era extraño y dependía mucho de las personas que lo apreciaban para ser arte, aunque para mi era solo una manera de liberarme de mis demonios. Me sorprendió escuchar aquello de su familia, era curioso ya que los dos al menos en ese aspecto estábamos en las mismas –igual, familia adoptiva que parece de feliz de no tener que soportarme- sonreí levemente al tiempo que me sentaba a su lado sintiendo reconfortante los rayos de sol.