Looking for some peace (Natalie)

Últimamente el mejor lugar que tenía para escapar de todo era el muelle. No sabía por qué, pero este sitio me transmitía una paz que pocas veces había sentido. Probablemente eso fuese por el suave vaivén de las olas o porque no muchas personas andaban rondando por allí al atardecer. El sol estaba por caer así que tenía que apurarme para llegar allí y poder contemplar como se escabullía por el horizonte, uno de mis momentos del día favorito.

Al llegar a la playa me quite los zapatos, los enredé entre sí con los cordones y me los colgué en el cuello antes de sentarme en el borde del muelle dejando que mis pies colgaran en el aire llenándose del fresco aire que el mar le otorgaba. Solté un suspiro intentando relajarme y dejar de pensar un poco en todo el rollo de ser un lobo porque terminaría por volverme aún más loco. Todavía no entendía como había sucedido lo de la noche anterior y francamente volver a mi casa no era una opción ¿Qué si me volvía a pasar y lastimaba a alguien? No me podía dar el lujo de regresar. Apoyé mis brazos en la sucia madera y me dediqué a contemplar algunos pájaros pasar por encima mío hasta que un par de pisadas detrás mío me pusieron un poco alerta.

Sonreí por dentro cuando me ayudó a desabrochó los pantalones y me levanté un poco para bajarlos y tirarlos al suelo también, acto seguido, me levanté un poco al notar como bajaba mis shorts y facilitándole así que se deshiciese de ellos. Lo miré con media sonrisa cuando lo hizo, ahora él solo estaba en calzoncillos mientras que yo estaba en sujetador y bragas, estábamos totalmente igualados. Llevé una de mis manos a su mejilla y la acaricié con suavidad para que me mirase antes de acercarme lentamente a sus labios y darle un suave beso.

Tuve que soltar un suspiro cuando noté esa caricia desde mi cuello hasta mi cadera, me encantaba la suavidad con la que me trataba, como si fuese una frágil muñeca que se fuese a romper de un momento a otro. Solté mis brazos cuando noté que me soltó el sujetador y me lo quité algo avergonzada, lo había hecho otras veces, pero con él era diferente y no conseguía comprender porque. Lo tiré a un lado y lo miré antes de llevar mis manos hasta sus calzoncillos y levantarme un poco de encima para bajárselos.

No se como ni por que, pero consiguió que me ruborizase un poco cuando se quedó mirando mis pechos. Me mordí el labio y aprovechó que levantó su cuerpo del sofá para bajar sus calzoncillos del todo y quitárselos tirándolos al suelo. Volví a sentarme sobre él mientras lo sentaba, había algo que me llamaba la atención. Acaricié su mejilla para que fijase su vista en mi. - ¿Es... es tu primera vez? - Susurré notando como su respiración se agitaba de nuevo, notando como la mía hacía exactamente lo mismo.

No quería hacerlo molestar con mi pregunta, pero por alguna extraña razón no había podido quedarme callada, en muchos momentos odiaba mi bocaza y este era uno de ellos. Sonreí de medio lado cuando vi bajar su vista al suelo y aproveché que estaba tan cerca de mi para cerrar mis ojos y besarle, cogiendo con suavidad sus manos y llevándolas hasta el borde de mis bragas, para que fuese él quien me las quitase. Me levanté un poco para que lo hiciese pero sin separar mis labios de los suyos aún.

La piel se me erizó al notar como acariciaba mi piel mientras se deshacía de mis bragas, tan solo nos estábamos desnudando y ya había conseguido alterarme bastante. Lo observé cuando se acomodó, notando como comenzaba a rozarme mientras yo dejaba que un pequeño suspiro saliese de mis labios, estaba nerviosa, joder, estaba demasiado nerviosa. Me acomodé yo también antes de notar como comenzaba a entrar dentro de mi, lo observé mordiendo con fuerza mi labio inferior y comenzando a moverme de forma algo lenta una vez que entró del todo.

Besé sus labios, notando como sus manos en la cintura me ayudaban a aumentar un poco el ritmo, aunque el comenzó a moverse más rápido al cabo de unos segundos. Subí mis brazos hasta sus hombros y los rodee, aprovechando para pegar mis labios más a los suyos, moviéndome cada vez más rápido.

Bajé un poco más mis manos cuando noté que aumentaba un poco el ritmo, clavando con suavidad mis uñas en su espalda. Dejé de besarle para apoyar mi frente sobre la suya, notando como su respiración chocaba contra mi cara, cosa que me hizo sonreír, no podía evitarlo, Elliot me encantaba. Un gemido se escapó de mis labios sin que pudiese reprimirlo.

Clavé con fuerza mis uñas contra el sofá cuando noté como llegaba dentro de mi a la vez que susurraba mi nombre. Sonreí apoyando mi frente contra la suya, notando como mi respiración estaba aún más agitada que antes. - Elliot... - Susurré clavando mi vista en sus ojos mientras me quedaba sentada sobre él.