Feel the earth move and then hear my heart burst again [Polux]

Me había levantado pronto porque tenía pensado ir a correr, a primera hora no solía haber mucha gente por la calle y no había cosa que me gustase más. Me hice una coleta y me vestí, siempre acababa muriendo de calor cuando salía a correr, por muy pronto que fuese.

Salí de casa con la música puesta y corrí todo lo rápido que pude por las calles, no había casi nadie así que no tenía porque reprimirme, aunque después de una hora y media tuve que pararme, me adentré en un callejón que si mal no recordaba daba a un parque al que sin duda iría para beber agua. Caminé suspirando y apartando unos pequeños mechones de pelo que se me habían venido a la frente.

Me concentré en hacer de nuevo mi coleta mientras me dirigía al parque, observé a la gente que había antes de acercarme a la fuente y agacharme para beber agua, aunque tuve que escupir la poca que había bebido cuando algo de barro salió con ella. ¿Pero que cojones había sido eso? Me limpié la boca mientras levantaba mi vista y observaba que nadie me había visto, todo el mundo estaba a lo suyo excepto un chico que estaba pasando por mi lado.

Miré con asco y de reojo la fuente, seguía sin entender que había sucedido pero tenía muy claro que yo ahí no me acercaba de nuevo. Me coloqué bien la camiseta mientras bajaba del pequeño bordillo en el que estaba colocada la fuente, si no recordaba mal había otra por aquí cerca.

Lo observé alejarse antes de caminar hacia otra de las fuentes pero estaba llena de palomas, hice una mueca antes de caminar hacia otra de las fuentes, en la que sorprendentemente estaba sentado el chico de antes. Lo miré levantando una ceja mientras miraba hacia atrás, seguí caminando sin darle demasiada importancia al asunto y tuve que suspirar al ver que ya no había agua, quería reventar la fuente de una patada.

Hinché mi pecho una y otra vez mientras cogía aire, esforzándome por no cabrearme ahí, últimamente estaba demasiado susceptible. Miré la botella de agua que estaba a su lado y tuve una idea, el supermercado no estaba demasiado lejos del parque. Salté el pequeño escalón antes de comenzar a andar mientras rebuscaba en uno de los bolsillos de mi pantalón.

Lo escuché levantarse y me quité uno de los cascos de música cuando empezó a hablarme, miré los dolares y fui a estirar mi mano para cogerlos cuando vi que me daba su botella de agua. No solía fiarme de desconocidos, pero es que estaba que me moría.

- Gracias -

Murmuré sonriendo de lado y cogiendo los dolares y la botella, guardé el dinero antes de abrir el tapón y beber un poco, por mi se la devolvería vacía, pero no me apetecía tener un numerito en este momento.

- Encantada, Vane, yo soy Natalie -

Contesté antes de pasar mi lengua por mis labios, estaba deseando llegar a casa para meterme bajo la ducha y tirarme sobre la cama, no tenía que haberme forzado al máximo durante tanto tiempo.

- No, estoy bien, de verdad, pero gracias. -

Le agradecí, yo no iría ofreciendo agua así porque sí, por lo que su gesto me había sorprendido.

Me puse a correr en cuanto se dio la vuelta, no tardé mucho en llegar a casa. Fui directa a la ducha, bebí agua, me hice algo de comer y esperé recogiendo el apartamento hasta que dieron las diez. Era verano y ninguna de mis amigas estaba aquí, pero eso no significaba que yo no fuese salir a pasármelo bien, me puse uno de mis mejores vestidos y salí de casa dirigiéndome a la zona de fiesta de Seattle, algo me decía que iba a ser una buena noche.

Caminé entrando en la discoteca y me dirigí a la barra, una chica acababa de pedirse una copa y estaba en proceso de pagarla, cogí el vaso entre mis manos y le sonreí cuando me miró.

- ¿Sabes? ¡Es mi bebida favorita! ¡Gracias! -

Me reí bebiéndome la copa mientras iba a la barra, no solía ser así, pero bastante tenía con aguantar a los humanos que estaban ahí. La copa entró en mi cuerpo como si se tratase de agua y la dejé en una mesita antes de meterme en el medio de la pista y comenzar a bailar moviendo mis caderas de lado a lado, no tardó en rodearme con sus miradas un grupito de humanos idiotas, pero yo seguí contoneandome de lado a lado como si nada, era especialista en hacerlo.

Apartaba con la cadera a cada idiota que se atrevía a acercarse, bastante tenía con tener que olerlos y escucharles. Seguí bailando, como si la vida se me fuese en ello, quería ir a por una copa pero la barra de esa discoteca siempre estaba a reventar así que seguí bailando. Un rato más tarde el chico apareció con dos copas pero ni siquiera escuché lo que dijo, estaba muy ensimismada por la música, me llevé un dedo a los labios para que no dijese nada y cogí una de las copas antes de seguir bailando.